Han pasado meses; de pinceles y balones, de compañeros y experiencias, de cariño y abrazos.
Un beso por la mañana, un achuchón durante el día y una despedida al terminar. Eso es lo que desprendéis cuando por la puerta del cole os veo pasar.
Aprendemos con vosotros, creamos un mundo en el que sois los protagonistas, porque os merecéis eso y más, ya que cada paso que dáis es un escalón en vuestra vida.
Mil gracias por esos momentos de miradas, descubrimientos, sonrisas... y esperamos que dentro de vosotros quede un cachito nuestro, ya que dentro nuestro siempre estareis iluminándonos con vuestros inocentes ojos.
Hasta siempre, duendecillos.